Para diseñar de manera personalizada un tratamiento de rejuvenecimiento, es necesario, en muchos casos, combinar diferentes terapias.
Los hilos tensores tienen la ventaja de “casar” a la perfección con otros tratamientos antiedad de diferentes características. Si se aborda un programa combinado, primero se colocarán los hilos, y se dejarán pasar tres semanas antes de realizar ninguna otra terapia.
La planificación del programa a partir de este momento dependerá del tratamiento elegido. Así, si por ejemplo, si se presenta la necesidad de reparar pérdidas de volumen, rellenar arrugas o reestructurar el tejido se recurrirá a las microinyecciones de ácido hialurónico y se programarán tres citas en un periodo de tres meses.
Para intensificar la hidratación y la regeneración tisular una opción excelente son las infiltraciones de plasma rico en factores de crecimiento en combinación con péptidos, vitaminas y oligoelementos. En este caso también se realizarán tres sesiones, pero a lo largo de un año.
Las arrugas de expresión, como no podía ser de otra manera, se contrarrestarán con inyecciones de toxina botulínica, dos o tres veces al año; y para mejorar la luminosidad y textura de la piel se recomiendan 5-6 sesiones de radiofrecuencia.
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