El 60% de la población de más de 18 años tiene alta predisposición a padecer alopecia. A partir de los 25 años uno de cada cuatro hombres españoles comienza a sufrir síntomas de calvicie. Este porcentaje aumenta considerablemente a partir de los 50 años, donde más de un 50% de los hombres es calvo.
Con la tricología, que se centra en el estudio del pelo y del cuero cabelludo, podemos tratar los más de 200 tipos de alopecia y, como cada una de ellas será distinta, es preciso realizar inicialmente un diagnóstico adecuado de cada caso concreto para un correcto tratamiento.
La alopecia androgenética Es más frecuente en varones que en mujeres y suele iniciarse desde la adolescencia. Se estima que un 50% de los hombres y un 25% de las mujeres la padecen. Su etiopatogenia es compleja; actualmente se acepta que, sobre un determinado fondo genético del paciente, el microambiente hormonal del folículo piloso juega un papel desencadenante y de mantenimiento sobre esta alopecia.
Se caracteriza por ser no cicatricial y crónica. En estos pacientes la fase anágena de sus folículos pilosos se va acortando progresivamente hasta que sus pelos se “minituarizan”.
El tratamiento debe individualizarse según el impacto emocional que provoca sobre cada paciente.
La alopecia androgenética puede frenarse y también mejorar, sobre todo si se diagnostica precozmente. Es cuestión de ser constante y tener paciencia con el tratamiento.
La combinación de mesoterapia capilar y de factores de crecimiento (plasma rico en plaquetas) puede ayudar a combatir la alopecia androgenética, al engrosar el folículo piloso y crear una mayor densidad capila resultando más cómodo para nuestros pacientes y abaratando el precio del tratamiento. Además, un diagnóstico precoz es crucial para no tener que recurrir al trasplante capilar.
Si finalmente tenemos que optar por la cirugía, existen diferentes técnicas, pudiendo calcular que en el año 2019 se realizarán en España entre 3.000 y 4.000 cirugías de trasplante capilar.