
Perder sólo del 5 al 10% de tu peso total puede disminuir la tensión arterial, mejorar el perfil del colesterol, prevenir la diabetes, mejorar el control del azúcar si usted ya tiene diabetes y reducir el riesgo de desarrollar osteoartritis de la rodilla.
En la mayoría de los casos, la obesidad se debe a factores de estilo de vida tales como la dieta y el ejercicio. Sin embargo, los estudios muestran que la dieta sola sólo algunas veces reduce el peso y el ejercicio por sí mismo rara vez ofrece más que modestos beneficios. Pero la combinación de una dieta mejorada y el ejercicio regular es la mejor manera de perder peso y mantenerlo fuera.
Aunque los medicamentos previos para perder peso tales como las anfetaminas y el femproporex, han tenido un registro irregular y con muchos efectos adversos, nuevos medicamentos actualmente en desarrollo probablemente ofrecerán beneficios más grandes. Toda ayuda en el tratamiento de esta enfermedad crónica es necesaria, ya que ética y económicamente, hay que luchar contra ella dadas las consecuencias que produce en la salud de quien la padece.
La obesidad abdominal ha pasado de ser un problema meramente estético a un plano de medicina preventiva dado las implicaciones en la salud del paciente que la padece.
En la mayoría de los casos, la obesidad se debe a factores de estilo de vida tales como la dieta y el ejercicio. Sin embargo, los estudios muestran que la dieta sola sólo algunas veces reduce el peso y el ejercicio por sí mismo rara vez ofrece más que modestos beneficios. Pero la combinación de una dieta mejorada y el ejercicio regular es la mejor manera de perder peso y mantenerlo fuera.
Aunque los medicamentos previos para perder peso tales como las anfetaminas y el femproporex, han tenido un registro irregular y con muchos efectos adversos, nuevos medicamentos actualmente en desarrollo probablemente ofrecerán beneficios más grandes. Toda ayuda en el tratamiento de esta enfermedad crónica es necesaria, ya que ética y económicamente, hay que luchar contra ella dadas las consecuencias que produce en la salud de quien la padece.
La obesidad abdominal ha pasado de ser un problema meramente estético a un plano de medicina preventiva dado las implicaciones en la salud del paciente que la padece.
Cromo
El cromo es un material que el cuerpo necesita sólo en pequeñas cantidades (oligoelemento), pero éste es importante para la nutrición humana.
Aunque éste ha sido principalmente estudiado para mejorar el control del azúcar en la sangre de las personas con diabetes, el cromo también ha sido probado para reducir el peso total y el porcentaje de grasa corporal, con algo de éxito. Estos dos beneficios potenciales involucran los efectos del cromo en la insulina.
Pero antes explicare cómo el cromo puede ayudar, necesito proporcionaros alguna información de antecedentes sobre cómo el cuerpo controla los niveles de azúcar.
El cuerpo necesita un nivel de glucosa (azúcar) constante en la sangre para ser utilizada como combustible. Cuando digerís un alimento con carbohidratos, el nivel de glucosa se eleva. Los alimentos con proteína tienen el mismo efecto, aunque en una extensión menor. Tu cuerpo responde secretando insulina.
La insulina causa que las células de tu cuerpo absorban la glucosa de la sangre, y de ese modo reducen la circulación de azúcar en la sangre.
Una vez que las células han tomado la glucosa, éstas pueden quemarla en energía o convertirla en una forma de almacenamiento. Las células musculares y hepáticas pueden almacenar una cantidad limitada de glucosa como glucógeno. Las células de grasa pueden convertir cantidades ilimitadas de glucosa en energía almacenada como grasa.
El proceso también ocurre de manera opuesta. Cuando tu cuerpo ha acabado los alimentos de su última comida, los niveles de glucosa sanguínea bajan. Así como el cuerpo no reacciona bien cuando los niveles de glucosa son demasiado altos, los bajos niveles de glucosa pueden causar problemas. Así que el cuerpo aplica sus mecanismos de control para elevar los niveles de azúcar en la sangre. Esto lo hace por medio de reducir su producción de insulina y también mediante la elevación de los niveles de otra hormona llamada glucagón. El efecto neto es que los depósitos de almacenamiento de energía son movilizados. El glucógeno es convertido de nuevo en glucosa. Además, las células de grasa liberan su contenido dentro del torrente sanguíneo para suministrar una fuente alterna de energía.
En resumen, los altos niveles de insulina construyen grasa, mientras que los bajos niveles desintegran la grasa.
Basados en este efecto de estira y afloja, si quieres perder peso probablemente preferiría mantener bajos sus niveles de insulina.
La dieta es el método más obvio para reducir la insulina. Cuando tu cuerpo no consume suficientes calorías para suministrar las necesidades diarias para sus necesidades, los niveles de insulina caen y tu cuerpo desintegra las células de grasa. El ejercicio es otro método; al incrementar los requerimientos de energía, el ejercicio causa que los niveles de insulina caigan y las células de grasa se desintegren.
Pero es difícil de manera consistente usar más energía de la que consume. El hambre toma el mando y empiezas a querer comer. Si existiera alguna manera de detonar la desintegración de grasa sin sentir hambre, esto haría la pérdida de peso mucho más fácil.
Existe otra importante conexión para considerar entre la insulina y el peso. Los individuos que pesan demasiado con frecuencia desarrollan resistencia a la insulina. En este padecimiento, ciertas células del cuerpo llegan a ser menos sensibles a la insulina. El cuerpo percibe esto e incrementa la producción de insulina hasta que supera la resistencia. Es posible que las células de grasa respondan a estos incrementos de niveles de insulina al almacenar más grasa.
Se cree que el cromo mejora la respuesta del cuerpo a la insulina. Al combinar este hecho con las conexiones entre la insulina y el peso apenas descritas, algunos investigadores han propuesto que el cromo puede auxiliar en la disminución del peso o en la mejora de la composición corporal (la relación entre tejido graso y tejido sin grasa).
El principal argumento es éste: El cromo incrementa la sensibilidad a la insulina. Esto causa que caigan los niveles de insulina. Con cantidades reducidas de insulina en el cuerpo, las células de grasa tienden menos a acumular grasa y la pérdida de peso puede llegar a ser más fácil.
Además, existe alguna evidencia de que el cromo bloquea parcialmente los efectos de la insulina en las células grasas, interfiriendo con su efecto de construcción de grasa. Esto también podría promover la pérdida de peso.
Sin embargo, existen varios defectos en estos argumentos. Por ejemplo, incluso cantidades muy pequeñas de insulina en el cuerpo suprimen de manera efectiva la desintegración de grasa. Otro problema es que durante la resistencia a la insulina, las células de grasa parecen volverse resistentes a la insulina. La resistencia a la insulina, en otras palabras, puede ser un método natural para mantener controlado el aumento de peso. Los complementos de cromo pueden tener el efecto indeseable de incrementar la habilidad de las células de grasa para responder a la insulina, ¡ayudándolas a almacenar mejor la grasa!
Sin embargo, la teoría sólo nos lleva muy lejos. Es más importante revisar los resultados de estudios en los cuales a las personas les fueron dados complementos de cromo para reducir su peso.
¿Cuál es la Evidencia Científica de que el Cromo Ayude a Perder Peso?
Alrededor de diez ensayos razonablemente bien diseñados doble ciego, controlados por placebo han evaluado el beneficio potencial del cromo para la pérdida de peso.
En el estudio más grande, a 219 personas les fue dado ya sea un placebo o de 200 a 400 mcg de picolinato de cromo diariamente. A los participantes no se les aconsejó seguir alguna dieta particular. Luego de un periodo de 72 días, los individuos que tomaron cromo experimentaron una pérdida de peso significativamente mayor que aquellos que no tomaron cromo, sobre 1kg-0.5 kg versus 0,250 kg aproximadamente. De forma interesante, los individuos que tomaron cromo de hecho aumentaron masa muscular magra, así que la diferencia en pérdida de tejido graso fue más grande: Más de 2 kg versus menos de 0.250 kg. Sin embargo, una tasa muy alta de marginación hace que los resultados de este estudio un tanto poco confiables.
En un estudio doble ciego más pequeño hecho por el mismo investigador, a 130 individuos moderadamente pasados de peso que intentaron perder peso se les suministró ya sea un placebo o 400 mcg de cromo diariamente. Aunque fueron vistos indicios de beneficios, estos fueron demasiado leves para ser estadísticamente significativos.
Cuando los estudios más grandes encuentran resultados y los estudios más pequeños no lo hacen, esto a menudo significa que el tratamiento bajo estudio es sólo débilmente efectivo. Este puede ser el caso con el cromo como un tratamiento para la pérdida de peso.
Ante todo decirte, que esta información es para complementar tu conocimiento y no suple la prescripción médica, nunca implica ni sustituye la indicación, sin el consejo de un médico.
Si te ha gustado nuestro artículo y deseas recibir más información sobre este tema, da un me gusta y ponte en contacto con nosotros con un mensaje privado en nuestro facebook. LIDICI SANTANA LAZONA y personalmente responderé a tus necesidades.
El cromo es un material que el cuerpo necesita sólo en pequeñas cantidades (oligoelemento), pero éste es importante para la nutrición humana.
Aunque éste ha sido principalmente estudiado para mejorar el control del azúcar en la sangre de las personas con diabetes, el cromo también ha sido probado para reducir el peso total y el porcentaje de grasa corporal, con algo de éxito. Estos dos beneficios potenciales involucran los efectos del cromo en la insulina.
Pero antes explicare cómo el cromo puede ayudar, necesito proporcionaros alguna información de antecedentes sobre cómo el cuerpo controla los niveles de azúcar.
El cuerpo necesita un nivel de glucosa (azúcar) constante en la sangre para ser utilizada como combustible. Cuando digerís un alimento con carbohidratos, el nivel de glucosa se eleva. Los alimentos con proteína tienen el mismo efecto, aunque en una extensión menor. Tu cuerpo responde secretando insulina.
La insulina causa que las células de tu cuerpo absorban la glucosa de la sangre, y de ese modo reducen la circulación de azúcar en la sangre.
Una vez que las células han tomado la glucosa, éstas pueden quemarla en energía o convertirla en una forma de almacenamiento. Las células musculares y hepáticas pueden almacenar una cantidad limitada de glucosa como glucógeno. Las células de grasa pueden convertir cantidades ilimitadas de glucosa en energía almacenada como grasa.
El proceso también ocurre de manera opuesta. Cuando tu cuerpo ha acabado los alimentos de su última comida, los niveles de glucosa sanguínea bajan. Así como el cuerpo no reacciona bien cuando los niveles de glucosa son demasiado altos, los bajos niveles de glucosa pueden causar problemas. Así que el cuerpo aplica sus mecanismos de control para elevar los niveles de azúcar en la sangre. Esto lo hace por medio de reducir su producción de insulina y también mediante la elevación de los niveles de otra hormona llamada glucagón. El efecto neto es que los depósitos de almacenamiento de energía son movilizados. El glucógeno es convertido de nuevo en glucosa. Además, las células de grasa liberan su contenido dentro del torrente sanguíneo para suministrar una fuente alterna de energía.
En resumen, los altos niveles de insulina construyen grasa, mientras que los bajos niveles desintegran la grasa.
Basados en este efecto de estira y afloja, si quieres perder peso probablemente preferiría mantener bajos sus niveles de insulina.
La dieta es el método más obvio para reducir la insulina. Cuando tu cuerpo no consume suficientes calorías para suministrar las necesidades diarias para sus necesidades, los niveles de insulina caen y tu cuerpo desintegra las células de grasa. El ejercicio es otro método; al incrementar los requerimientos de energía, el ejercicio causa que los niveles de insulina caigan y las células de grasa se desintegren.
Pero es difícil de manera consistente usar más energía de la que consume. El hambre toma el mando y empiezas a querer comer. Si existiera alguna manera de detonar la desintegración de grasa sin sentir hambre, esto haría la pérdida de peso mucho más fácil.
Existe otra importante conexión para considerar entre la insulina y el peso. Los individuos que pesan demasiado con frecuencia desarrollan resistencia a la insulina. En este padecimiento, ciertas células del cuerpo llegan a ser menos sensibles a la insulina. El cuerpo percibe esto e incrementa la producción de insulina hasta que supera la resistencia. Es posible que las células de grasa respondan a estos incrementos de niveles de insulina al almacenar más grasa.
Se cree que el cromo mejora la respuesta del cuerpo a la insulina. Al combinar este hecho con las conexiones entre la insulina y el peso apenas descritas, algunos investigadores han propuesto que el cromo puede auxiliar en la disminución del peso o en la mejora de la composición corporal (la relación entre tejido graso y tejido sin grasa).
El principal argumento es éste: El cromo incrementa la sensibilidad a la insulina. Esto causa que caigan los niveles de insulina. Con cantidades reducidas de insulina en el cuerpo, las células de grasa tienden menos a acumular grasa y la pérdida de peso puede llegar a ser más fácil.
Además, existe alguna evidencia de que el cromo bloquea parcialmente los efectos de la insulina en las células grasas, interfiriendo con su efecto de construcción de grasa. Esto también podría promover la pérdida de peso.
Sin embargo, existen varios defectos en estos argumentos. Por ejemplo, incluso cantidades muy pequeñas de insulina en el cuerpo suprimen de manera efectiva la desintegración de grasa. Otro problema es que durante la resistencia a la insulina, las células de grasa parecen volverse resistentes a la insulina. La resistencia a la insulina, en otras palabras, puede ser un método natural para mantener controlado el aumento de peso. Los complementos de cromo pueden tener el efecto indeseable de incrementar la habilidad de las células de grasa para responder a la insulina, ¡ayudándolas a almacenar mejor la grasa!
Sin embargo, la teoría sólo nos lleva muy lejos. Es más importante revisar los resultados de estudios en los cuales a las personas les fueron dados complementos de cromo para reducir su peso.
¿Cuál es la Evidencia Científica de que el Cromo Ayude a Perder Peso?
Alrededor de diez ensayos razonablemente bien diseñados doble ciego, controlados por placebo han evaluado el beneficio potencial del cromo para la pérdida de peso.
En el estudio más grande, a 219 personas les fue dado ya sea un placebo o de 200 a 400 mcg de picolinato de cromo diariamente. A los participantes no se les aconsejó seguir alguna dieta particular. Luego de un periodo de 72 días, los individuos que tomaron cromo experimentaron una pérdida de peso significativamente mayor que aquellos que no tomaron cromo, sobre 1kg-0.5 kg versus 0,250 kg aproximadamente. De forma interesante, los individuos que tomaron cromo de hecho aumentaron masa muscular magra, así que la diferencia en pérdida de tejido graso fue más grande: Más de 2 kg versus menos de 0.250 kg. Sin embargo, una tasa muy alta de marginación hace que los resultados de este estudio un tanto poco confiables.
En un estudio doble ciego más pequeño hecho por el mismo investigador, a 130 individuos moderadamente pasados de peso que intentaron perder peso se les suministró ya sea un placebo o 400 mcg de cromo diariamente. Aunque fueron vistos indicios de beneficios, estos fueron demasiado leves para ser estadísticamente significativos.
Cuando los estudios más grandes encuentran resultados y los estudios más pequeños no lo hacen, esto a menudo significa que el tratamiento bajo estudio es sólo débilmente efectivo. Este puede ser el caso con el cromo como un tratamiento para la pérdida de peso.
Ante todo decirte, que esta información es para complementar tu conocimiento y no suple la prescripción médica, nunca implica ni sustituye la indicación, sin el consejo de un médico.
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